Su fisonomía es la de un parquet negro que se difumina hacia un color de madera más claro, en la superficie de cada lama que lo compone, haciendo resaltar su forma y sus contornos. Un suelo de madera oscura que juega con la alternancia de luces y sombras, siguiendo la tendencia óptica, para producir un impacto estético de gran carácter que confiere singularidad al ambiente.
De hecho, la superficie del suelo encuentra una caracterización muy especial, según el motivo elegido para la instalación de Black Shadowque se convierte en un elemento decorativo destacado dentro de la escena. También es un acabado que no renuncia a la expresión de su material, totalmente reconocible por las vetas típicas de la madera que permanecen visibles en la textura del parquet, incluso donde el roble oscuro es más intenso.


