Suelos de madera en Rusia, de la izba al Kremlin
a relación que une a Berti Pavimenti con el mercado ruso y con varias naciones de la antigua Unión Soviética está arraigada en el tiempo y aún hoy representa un valor muy importante. De hecho, podemos contar con referencias muy prestigiosas, habiendo realizado y colocado nuestros suelos de parqué tanto en Moscú, en Rusia, como en los palacios presidenciales de Kazajstán, Turkmenistán, Tatarstán y Ucrania, así como en el espléndido Teatro de la Música de Baku, en Azerbaiyán.
De todos ellos, probablemente el trabajo más prestigioso fue en el Kremlin, donde creamos el suelo del Despacho del Presidente, el Salón de Catalina y todos los demás salones y oficinas principales con suelos de taracea con tecnología láser y diseños geométricos que cubrían una superficie de unos 6.000 metros cuadrados.

Empecemos hablando un poco de historia. En efecto, si pensamos en Rusia y en sus territorios ilimitados, en la extensión de sus bosques, no nos sorprenderá descubrir que la madera ha sido la protagonista de las casas y residencias rusas desde los albores de los tiempos hasta nuestros días. Pero, ¿cuál es la conexión entre Rusia y el diseño de interiores? La respuesta parecería estar en palabras como “opulencia”, “lujo”, “barroco”, que nos remontan a la época de los zares y zarinas… te sorprenderemos, porque las raíces de este gusto estético son exquisitamente locales.
En un pasado lejano, en torno a los siglos VIII y IX, la inmensa mayoría de la población rusa vivía en isbas -casas humildes y tradicionales de campesinos-, donde los suelos de madera eran sinónimo de comodidad, seguridad y bienestar, hasta el punto de que pocos se regocijaban en ellos; no fue hasta el siglo XV cuando aparecieron los primeros “suelos de parqué”, combinaciones más o menos exactas de tablones de madera o, en condiciones menos favorables, pesados troncos rústicos.
Una excepción son las residencias de la aristocracia y los lugares sagrados, como las catedrales ortodoxas, famosas por el esplendor y cuidado de sus interiores. Fue aquí donde aparecieron los primeros ejemplos de auténticos suelos de madera a partir del siglo XVIII: revestimientos de tablones de roble, pulcramente soldados al suelo con una mezcla de resina y cal. Sin embargo, estos suelos de parqué, aunque se colocaron en lugares sagrados y lujosos, no se concibieron como complementos estéticos, sino como elementos prácticos de decoración. El caso de la catedral de San Basilio de Moscú es emblemático, pues muestra tablones de roble pintados para imitar el mármol en colores como el verde o el negro, en los que los matices y vetas típicos de la madera quedan completamente oscurecidos.


Fue Pedro el Grande, el zar que quería una Rusia orientada hacia Occidente, quien introdujo los méritos del parquet, invitando a Rusia a artesanos y arquitectos de países europeos, especialmente -y naturalmente- de Italia. En 1703, el zar decidió crear una nueva capital desde cero: San Petersburgo. La ciudad debía ser una ventana a Occidente, un centro artístico, cultural e industrial de vanguardia que guiñara el ojo a Europa sin envidiarla. Mientras Pedro el Grande planeaba una urbe revestida de granito, dejando atrás la aldea de cabañas de madera que para él era Moscú, también se sentía fascinado por los elegantes y preciosos suelos de parqué que desde hacía tiempo embellecían los palacios europeos. Ni que decir tiene que el primer edificio de la nueva capital, el estudio de Pedro el Grande, luciría un magnífico suelo de madera.


Esta línea sería continuada por sus descendientes, los zarinas, que llamaron al renombrado arquitecto italiano Rastrelli y le confiaron la mayoría de las obras más importantes, fomentando el triunfo del estilo barroco. Los salones del Palacio de Invierno, el Palacio de Catalina, Peterhof y otros importantes recintos políticos, culturales y aristocráticos se transformaron en auténticas obras de arte. Los suelos de parqué diseñados por Rastrelli y otros artesanos alcanzaron una notable complejidad y refinamiento que aún hoy nos dejan sin aliento.
El hilo rojo de la historia nos lleva invariablemente desde el Palacio de Invierno de San Petersburgo hasta el Kremlin de Moscú, centro actual de la vida política de Rusia, enriquecido de forma única por las incrustaciones de nuestros suelos de parqué.
A la luz de toda esta historia y de las tendencias actuales del mercado, hemos decidido ir aún más lejos con nuestras actividades digitales, planificando y desarrollando actividades específicas en el área rusa, con una presencia de nuestra marca dentro de VKontaktela famosa red social en ruso, que en la zona ex soviética puede contar con unos 250 millones de suscriptores. Hemos creado una página oficial de la empresa únicamente en ruso para satisfacer los hábitos lingüísticos y los gustos estéticos de nuestros interlocutores comerciales en esta zona.