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¡Hablemos de sostenibilidad y estemos abiertos al diálogo!

En estos meses de gran efervescencia, tanto en la red como fuera de ella, hemos visto cómo la conversación y el intercambio, dos piedras angulares de la web y de la web social, siguen siendo tan verdaderas como siempre. Aunque las cifras de nuestras actividades empiezan a aumentar, se da un peso específico a la parte cualitativa de las interacciones que surgen cada día en la web.

Nos hemos dado cuenta de lo rápido que pueden desencadenarse fenómenos de intercambio instantáneo, círculos virtuosos reservados no sólo a los iniciados, sino al público en general. Baste pensar en nuestro artículo en respuesta al Corriere della Sera, que había proporcionado información errónea y superficial sobre determinadas prácticas de nuestro sector: por decirlo en un término estrictamente técnico, a veces basta con darle alhashtag para entrar en los debates más interesantes y visibles.

Después de haber ampliado el alcance de nuestro observatorio en red, gracias también al tema de la Vivienda Social y al evento relacionado dentro de la Made Expo de Milán el mes pasado, hemos abierto los ojos a nuevos modelos de trabajo y diseño sostenibles, reforzados también en Abitare il Tempo de Veronadonde se propusieron otros ejemplos e ideas concretas de empresa sostenible.

Precisamente la sostenibilidad es un tema del que se habla ahora en la red a gran velocidad, sobre todo en esta época de crisis e inestabilidad, económica y medioambiental sobre todo, hasta el punto de queel “marketing verde”se ha convertido a todos los efectos en un área llena de contenidos, ideas y sugerencias, pero también de tópicos.

Caer en la trampa del llamado“lavado verde”(en la práctica, como dice Wikipedia, es“una apropiación injustificada de virtudes medioambientales por parte de una empresa“) puede ser cuestión de un momento: ecológico, sostenible, biocompatible, tantos conceptos rimbombantes que corren el riesgo de ser vacuos, cuando no incluso contraproducentes.

Fue precisamente un artículo que encontramos hace poco lo que nos hizo reflexionar sobre esta cuestión: los anuncios de temática medioambiental son diferentes de los anuncios tradicionales relacionados con productos; si se promociona un producto porque es más barato, basta una rápida comprobación para confirmarlo, o si se afirma que una bebida concreta es la más sabrosa en comparación con todos los competidores, bastarán un par de euros para ver si es cierto o no. Pero si hablamos de estas cuestiones, ¿qué es lo que realmente marca la diferencia y cómo podemos verificar la veracidad de determinadas afirmaciones?

¿Cómo puede estar seguro un consumidor de que las afirmaciones de una empresa, aunque sean ciertas, reflejan toda la historia?“. Ésta es una de las objeciones que nos hemos encontrado por parte de quienes quieren profundizar en la cuestión.

También nos gustaría utilizar nuestros medios y la red para saber de los consumidores, usuarios o personas más “humanas”, lo que piensan sobre el tema y hacer que todos nuestrosseguidores“seguidores’ en la red. Nos gustaría mucho empezar a hablar de ello, pero con las palabras adecuadas y los tonos apropiados… ¡este fascinante viaje empieza para nosotros ahora!

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